21.12.06
Divendres, 22 de desembre
Siente un autónomo a su mesa
Empar Moliner
Las fechas previas a la Navidad, entre los días 16 y 22, el trabajador autónomo sufre más que nunca los rigores de no estar asalariado. Y no sólo porque no tiene lote, con sus botellas de licor de kiwi y sus aceitunas, ni paga extra, ni lotería comprada por el jefe, sino porque no tiene cenas de empresa. Ustedes no saben lo hermoso que es tener una cena de empresa de la que despotricar, de la que hacer chistes tipo El Club de la Comedia. Es como estar solo en fin de año. Si estás solo, no puedes despotricar como si te toca pasar el fin de año en familia. No puedes decir que pasas de salir y que te quedarás en casita, porque tú no te diviertes cuando toca, sino cuando quieres. Eso se dice cuando se ama, porque cuando se ama ver el discurso del Rey es gracioso, pero no deprimente. El autónomo no tiene amigo invisible con objetos picantes comprados en una sex shop, ni posibilidad de ligoteo con el del departamento de ventas que se ha sentado a su lado. Ni de coger el tradicional pedo. Nada.
Por eso, esta Navidad, fecha propensa a no tomarse tan a pitorreo los libros de Paulo Coelho, lo hago. Llamo a El Mussol, restaurante que estos días está repleto de cenas de empresa, y pido mesa para una. No voy a quedarme sin la tradición. No voy a dejar de coger el pedo de antes de Navidad sólo porque sea una triste autónoma, con mis liquidaciones trimestrales, mis tiquets de restaurante guardados en el cajón de las cosas desgravables y mi soledad laboral...
continua a versió original