28.6.08



Dissabte, 28 de juny

La plaga

gratacel












Rafael Argullol

Hasta hace poco llamaba la atención una cierta esquizofrenia alrededor de la consideración de Barcelona: aquí, los nativos nos quejábamos de la degradación de la ciudad aunque, al viajar, oíamos hablar de Barcelona con admiración por todos lados. Ahora, sin embargo, se escuchan opiniones sobre la devastación turística de la ciudad procedentes, ya no de nostálgicos ciudadanos, sino de medios extranjeros, alarmados ante la rapidez del deterioro.

Con escasos días de diferencia he leído dos artículos en la prensa italiana y británica que presentaban el caso Barcelona en términos prácticamente idénticos. En ambos se daba una cifra de 50 millones de pernoctaciones al año -no sé si exacta-, que era considerada desproporcionada por completo con respecto al tamaño de la ciudad. En un texto y en otro, además, se destacaba la progresiva barbarización de nuestros visitantes y la consolidación de un lumpenturismo que asola cuanto se pone por delante. Los dos artículos me parecieron interesantes, en particular, porque Italia y Gran Bretaña aportan bastantes efectivos en estas nuevas huestes bárbaras. (...)

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10.6.08



Dimarts, 10 de juny

Gustave Flaubert: "Un cor senzill" (Tres contes)

Fragment

tres contes (...)Aquell dia li advingués una alegria: a l'hora de sopar, el negre de madame de Larsonnière es presentà portant el lloro dins de la gàbia, amb el bastó, la cadena i el cadenat: una nota de la baronessa anunciava a madame Aubain que, com el seu marit havia estat ascendit a prefecte, partien aquell vespre; li pregava que acceptés aquell ocell com a record i en testimoni del seu respecte.

Feia temps que ocupava la imaginació de Félicité, perquè venia d'Amèrica, i aquesta paraula li recordava Víctor, de manera que preguntava coses al negre sobre l'animal. Un dia va dir:
- La meva senyora estaria encantada de tenir-lo!
El negre havia repetit la frase a la seva mestressa que, com que no podia endur-se'l, se'n desfeia d'aquesta manera.

Es deia Lulú. Tenia el cos verd, la punta de les ales roses, el front blau i el pit daurat.
Però tenia la molesta mania de mossegar el bastó, s'arrencava les plomes, escampava la porqueria, esquitxava l'aigua de la banyera; madame Aubain, que n'estava tipa, el donà per sempre a Félicité.(...)

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1.6.08



Diumenge, 1 de juny


Dónde huir en secreto

Javier Marías

 En la década de los ochenta del pasado siglo, viví un par de años en Venecia. No seguidos exactamente: pasaba allí mes y medio y luego tres en Oxford, otros dos allí y a continuación dos en Madrid, así entre 1984 y 1989. En Venecia no hacía vida de turista, sino de residente: me asimilé a las personas que me acogían amablemente en su casa y que vivían allí todo el año. Claro que me asomaba a una iglesia o a un palacio cuando me pillaban de camino en mis recorridos y paseos cotidianos. Iba al mercado del Rialto, al mercadillo de Campo San Barnaba y al supermercado de Campo Santa Margherita, hacía un poco de amo de casa (sólo un poco), y aprendí los más raros atajos para evitar las calles por las que era imposible transitar, abarrotadas de rebaños turísticos de gran torpeza, lentitud y vociferación. En aquella época me llamaba la atención que Venecia parecía ser la única ciudad del mundo en la que los visitantes no se comportaban como solían hacerlo en las demás que yo conocía, a saber, más o menos con el mismo respeto que uno observa cuando está de visita en casa ajena. (...)

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